Nikola Tesla y la electricidad que pudo ser gratuita



Para la mayoría de nosotros, el momento en el que tenemos que abrir la factura de la electricidad es uno de los segundos más fatídicos del mes. Entre lo que realmente gastamos, en una sociedad en que utilizamos la energía para todo, y la cantidad de impuestos que tiene el consumo eléctrico, algunos incluso prefieren no hacer cuentas de lo que se llevan las compañías eléctricas de nuestros bolsillos a lo largo del año. Pero, ¿y si la energía eléctrica hubiera sido libre y gratuita? Esa era la idea inicial de Nikola Tesla, uno de los grandes inventores del siglo XIX, que fue descartada por motivos económicos.

En 1892, Tesla patentó un invento que permitía la transmisión de energía eléctrica sin necesidad de cables, de forma completamente inalámbrica. Es lo que se conocía como laBobina Transformadora Tesla, que además permitiría una transmisión sin costes, y que por tanto no hubiera que cobrar al consumidor.

Para Tesla era más importante que sus inventos ayudaran a la humanidad que el hecho de ganar dinero, y por ello buscó la manera de que la energía eléctrica llegara a todo el mundo, independientemente de sus posibilidades económicas.

En su intento de llevar la electricidad a todo el mundo, Tesla diseñó una torre que permitía el transporte de energía sin cables y de forma gratuita.

La construcción de esta torre se denominó Proyecto Wardenclyffe, y podría haber marcado un antes y un después en la manera de consumir y vender energía eléctrica. Sin embargo, ya sabemos que en numerosas ocasiones los intereses económicos están por encima del progreso, y a las empresas que ya por entonces se estaban enriqueciendo con el cobro a los usuarios de electricidad no les interesaba que de repente ese consumo pasara a ser completamente gratuito. Por ello, en el momento en que Tesla se quedó sin dinero para seguir investigando, nadie fue capaz de colaborar en su proyecto.


De esta manera, el proyecto tuvo que ser abandonado y la torre de alta tensión fue destruida, de forma que esta energía inalámbrica nunca llegó a convertirse en una realidad.
El negocio de la electricidad ya lo era hace 200 años

El panorama con el que se encontró Tesla hace casi 200 años no es muy diferente del que podemos encontrar en la actualidad. No hay más que ver como, en el momento en el que la energía solar ha conseguido convertirse en una realidad para muchos consumidores, no ha tardado en aparecer un impuesto que penaliza su uso. La energía está fuertemente regida por intereses económicos, y lo gratis no es rentable para las grandes compañías eléctricas.

Al fin y al cabo, las teorías elaboradas por Tesla siguen ahí, y en este tiempo alguien, otra persona o algún investigador, podría haber intentado trabajar de nuevo en este invento para mejorarlo y adaptarlo al uso de la electricidad que tenemos actualmente, sin duda mucho mayor del que existía en la época en que se realizó el invento. Sin embargo, no resulta difícil pensar que a las grandes compañías eléctricas de hoy en día tampoco les hubiera hecho ninguna gracia. Y no olvidemos que las eléctricas tienen un gran poder en los gobiernos, de forma que es probable que la idea tampoco pudiera desarrollarse a día de hoy.

Lo mejor de que el invento de Tesla hubiera llegado a hacerse realidad no es que la clase media se hubiera ahorrado unos euros cada mes, sino que aquellas personas que no tienen acceso a la electricidad por motivos económicos, especialmente en los países en vías de desarrollo, hubieran tenido una vida mucho más fácil. Pero ya sabemos que vivimos en una sociedad capitalista en la que estas ideas no son bien recibidas. Por lo tanto, siempre podremos recordar a Tesla como el hombre que pudo haber cambiado la concepción de la energía, pero al que no le dejaron hacerlo.

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